En los últimos posts hemos hablado mucho de la importancia de utilizar productos que se adapten a nuestro tipo de pelo y sus necesidades.
Para entrar en materia, hoy vamos a hablar sobre el champú y, tenemos que contaros que, desgraciadamente, no vamos a encontrar ninguno adecuado en los supermercados.
Está demostrado científicamente que el pH del pelo de una mujer es de 4.5, mientras que el de un hombre es de 5.5.
EL CHAMPÚ DE SUPERMERCADO
Cuando compramos un champú de supermercado, debemos tener que cuenta que, en su mayoría, rebasan el límite, llegándonos a encontrar casos en los que el nivel de alcalinidad es de un 8.
Y os preguntaréis, ¿por qué tienen ese nivel de alcalinidad? ¿Por qué no se fabrican correctamente y tengo que comprarlos en tiendas especializadas? ¿Por qué tengo que comprar un champú más caro?
La respuesta es sencilla. Los champús de supermercado tienen precios bajos debido a que su coste de fabricación es muy barato, una realidad que no comparten los champús que promueven la salud del cabello.
En la fabricación de los champús de supermercado, para conseguir que el producto abunde, se le añade grandes cantidades de sales y sulfatos.
Es cierto que los cloruros de sodio están hechos, en su medida correcta, para mantener la higiene de nuestro cabello.
En cambio, si se coloca en grandes cantidades, los químicos se ocupan de espesar el producto y, por tanto, poder poner un precio bajo en el mercado.
La consecuencia de usar este tipo de producto no es otra que hacer daño al pelo.
La calidad de la salud de nuestro cabello, al utilizar este tipo de productos a medio y largo plazo, comenzará a disminuir, presentando un pelo apagado e incluso dañado.
INGREDIENTES DE CHAMPÚ DE SUPERMERCADO QUE PUEDEN OCASIONAR DAÑOS
Existen tres componentes que deberíamos evitar a la hora de comprar un champú, e incluso acondicionador, en los supermercados
SULFATOS.
Los sulfatos son detergentes que están presentes en numerosos productos de limpieza, son buenos disolventes de la suciedad.
Y su indicativo de producir espuma suele gustar debido a que es asociado con la limpieza.
No obstantes, no sólo se encarga de quitar la suciedad ¡Ojala!
Nuestro cuero cabelludo produce unas grasas naturales, que son importantes para la salud capilar y este ingrediente lo arrastra todo.
Porque los sulfatos pueden provocar en las personas con el cuero cabelludo muy sensible o bien alérgicas a este componente sequedad e irritación.
Por lo cual te recomendamos que si decides optar por usar este tipo de champús, lo uses en pequeñas cantidades y aclararlo con abundante agua.
PARABENOS.
Son los conservantes encargados de proteger al cabello, evitando que aparezcan microorganismos como los hongos y las bacterias.
También sirve para proteger al propio producto, ya que este se puede degenerar con dichos organismos.
En otras palabras son como los insecticidas.
No es un producto tóxico, pero el que no lo sea no quiere decir que no sea potencialmente alergénico,
por lo cual puede provocar alergias, reacciones en el cuero cabelludo en pieles muy sensibles.
SILICONAS:
Las siliconas funcionan como una capa protectora que impiden que otros cosméticos penetren en el pelo. Es un ingrediente traicionero, sin duda.
Primeramente creerás que tu melena luce renovada, la verás resplandeciente y sin encrespamiento, pero no te fíes.
Las siliconas dificultan la oxigenación del cabello porque van acumulándose en su fibra.
E incluso a largo plazo pueden dañar la cutícula y resecarla, ya que la humedad, el sol o el oxígeno no pueden entrar en ella de manera normal.
Por lo cual, provoca un pérdida de brillo y de hidratación que costará reparar.
Así que chicas, fijaros en las etiquetas, prestarle atención a la hora de comprarlas.
Porque de esta forma podemos evitarnos daños que podrían ser irreparables.
