Es hora de darnos cuentas en qué estamos cometiendo errores, al lavarnos el pelo. 

En la peluquería nos ametrallan de preguntas relacionadas con vuestro lavado, como por ejemplo ¿Cuál es la técnica de lavado perfecta para no romper la hebra? , ¿Cuál es el orden de productos?, ¿Agua fría o caliente?

Preguntas que hoy en día ya dábamos  por respondidas, pero aún existen dudas y  nuestro pelo busca la perfección para ser más brilloso y nutrido.

Así que, hemos decidido preparar este post para hablar de los sietes errores que cometemos al lavar el pelo, y de esta forma dar consciencia de lo que no se debe de hacer.

• Usar cualquier champú

Estamos acostumbradas a utilizar cualquier champú sin atender a las consecuencias que puede tener en nuestro cabello.

Muchas veces, nos guiamos por su olor o por su precio en cualquier supermercado, y esto un gran error.

Primeramente, debemos huir de los champús de supermercado, porque son como detergentes.

No tiene calibrado su pH ni son claros a que tipo de pelo va dirigido. La mayoría de las etiquetas están diciendo que es para pelo dañado, seco y sin brillo o pelo seco, dañado y fosco y así podemos enumerar un montón de reclamos en la etiqueta que mas bien, nos hace estar confusas en vez, de ayudarnos a identificar se es el correcto para nosotras.

Luego, estos champús contiene cloruro de sodio, que es la sal que debes evitar.

Pon aprueba lo que te comente, busca un champú exacto para tu tipo de pelo y sin cloruro de sodio, ¡Te apuesto a que me das la razón!

Además en el momento que lo empieces a usar champús especiales para tu pelo estará menos poroso y lo agradecerás.

• Frotar el cuero cabelludo con las uñas

Suponer que cuanta más fuerza hagáis al lavarse vuestro pelo, no es sinónimo de que quede más limpio.

La realidad va mucho más allá, porque lo único que estás provocando es que tu cuero cabelludo se inflame pudiendo, a su vez, provocar la caída de tu melena.

El cariño y el respeto al cuero cabelludo son lo esencial para que esto no pase.

Detente un momento a pensar y pregúntate ¿me ducho el cuerpo arañándome la piel?

Obviamente no, por lo cual el cuero cabelludo debes usar tus yemas de los dedos, masajeándolo de una forma circular y sin exagerar en la fuerza.

• Frotar la hebra

En nuestras centro no frotamos vuestro pelo como si estuviéramos lavando la ropa a mano.

Apostamos a que, seguramente, hayáis frotado el champú en vuestro cabello de raíz a puntas con la suposición que hemos realizado en el punto anterior.

Esta parte es la que mas nos da agobio porque cuando una cliente nos cuenta que se lava el pelo de esta forma,  frotando la hebra, solo nos hace pensar que no conoce que eso es un error.

Te recordamos que la única función del champú es limpiar la suciedad del cuero cabelludo. La parte de la hebra no.

Repitiendo que frotar la hebra solo trae problemas, te enseño que la acción del champú en ella es la apertura de la cutícula de la melena.

Y te preguntarás ¿Qué pasa con el pelo cuando se abre la cutícula? 

La respuesta es que pierde su masa capilar, y el pelo empieza a ser más débil y frágil. Y en consecuencia a su vez empieza el problema de la rotura capilar.

Por lo tanto, para lavar tu pelo correctamente no caigas en el error de frotarla, sino centrarte en el punto anterior y con la espuma restante de lo generado, lo pasas por tus hebras y fin.

• Peinar el cabello en la ducha

Somos conscientes, que peinarse el pelo en la ducha cuando presentamos la mascarilla o el acondicionar es fácil.

Es una forma de ahorrarse el tiempo, que cuando tienes el pelo fuera de la ducha. Puede ser una buena excusa para mantener el hábito de peinarse en la ducha.

Pero cuando recibimos el calor del agua de la ducha, el poro de la piel de nuestro cuerpo se dilatan.

Lo mismo pasa con  los folículos capilares. El calor de la ducha dilatan estos folículos y si promueves el peinado debajo de la ducha estás facilitando que el pelo que esta en la fase telógena se caiga antes de cumplir su tiempo, perjudicando el nacimiento y crecimiento de un nuevo folículo. 

Sin contarte que, el largo de la hebra puede partirse porque el pelo cuando esta mojado tiene su pH desequilibrado y todo que altera el pH del pelo lo fragiliza.

Así que, cambia este hábito de peinarte en la ducha, y péinate mejor cuando tengas el pelo húmedo y no empapado.

• Mascarilla como acondicionador

Los productos no pueden ser sustituidos por otros que no cumplan la misma función o no se adapten a nuestro cabello.

Generalmente, solemos saltarnos un paso muy importante en nuestra rutina de lavado, el acondicionador, y lo sustituimos por la mascarilla. ¿Por qué hacéis esto? ¿Qué sentido tiene si ni siquiera sirven para lo mismo?

Las mascarillas son para realizar tratamientos de aportación de hidratación y nutrientes y no para acondicionar después del champú facilitando el peinado.

El acondicionador es el brazo extendido del champú , ya que cierra las cutículas que fue abierta por el champú.

Y además, es él  que cumple con ese objetivo de desenredar el pelo y dejarlo suave para el peinado.

Entendemos que muchas usan la mascarilla tanto para desenredar el pelo como para hidratarlo mientras se duchan, pero eso es un engaño y solo estas gastando dinero para nada.

Para empezar, la mascarilla no cumple su función dejándola en reposo por 3 minutos mientras te duchas y luego, la suavidad que tienes no se debe a que tu pelo esta sano.

Ojo: tener la sensación que el pelo esta suave no quiere decir que esté sano. Así que, usa la mascarilla para lo que es: para promover tratamientos, para aportar los beneficios que tu pelo necesita, para no tener un pelo apagado y sin movimiento.

• Aplicar acondicionador en el cuero cabelludo

Si hemos hablado del error que supone no utilizar acondicionador después de aplicar el champú.

¡También debemos advertir sobre el mal uso que le llegamos a dar!

Usar el acondicionador en el cuero cabelludo es promover una alteración, es un producto que el cuero cabelludo no absorbe, lo que provoca son descamaciones taponando el folículo capilar.

Mientras tanto, NO USES el acondicionador en el cuero cabelludo.

Su función principal, a diferencia del champú, es equilibrar el pH del cabello y dejarlo suave y manejable.

Para utilizarlo de manera correcta, debemos aplicarlo de medios a puntas, nunca sobre la raíz. 

• Lavar con agua muy caliente

Ya sea provocado por el sol, la plancha, el secador o el agua, el calor tiene un efecto perjudicial en el cabello, puesto que abre las cutículas y lo debilita.

Si os gustan las duchas con agua caliente, no os olvidéis de terminar vuestro lavado con unos segundos de agua tibia para sellar las cutículas.

En cuanto evites todos estos errores y lo convirtáis en un hábito podréis logran un gran cambio en vuestra melena tales como: evitar la sequedad, la caída, la porosidad y la rotura.

Esperamos que os haya gustado saber que, para tener un pelo sano necesitamos corregir algunos hábitos

Hasta pronto.